Unas memorias gráficas asombrosas y épicas en el espíritu de Fun Home de Alison Bechdel y Gender Queer de Maia Kobabe. "I'm So Glad We Had This Time Together es una de las cosas más raras: un libro sobre salir del armario en una familia amorosa pero conservadora que es tan desgarrador de leer como de mirar. Es un relato increíblemente conmovedor, divertido y, en última instancia, triunfante (¡alerta de spoiler!) de lo que solo puede describirse como un cuento de hadas mágico (¡juego de palabras totalmente intencionado!)". —Anderson Cooper Conozca al pequeño Maurice Vellekoop, el menor de cuatro hijos criados por inmigrantes holandeses en la década de 1970 en un suburbio obrero de Toronto. A pesar de su entorno de clase trabajadora, los Vellekoop son dedicados al arte, la música y el cine, e inculcan una profunda reverencia por las artes en el joven Maurice, excepto por la literatura. Prefiere ver a Cher y Carol Burnett en la televisión que leer un libro. También le encanta jugar con las muñecas Barbie de sus amigas y ayudar a su madre en la peluquería, que gestiona desde el sótano de su casa. En resumen, es muy, muy gay. Lo cual es un gran problema, ya que la familia pertenece a la Iglesia Cristiana Reformada, una estricta secta calvinista. Van a la iglesia dos veces los domingos y envían a sus hijos a una escuela cristiana privada, a clases de catecismo y al Cuerpo de Cadetes Calvinistas. Huelga decir que la iglesia es intolerante con la homosexualidad. Aunque ama profundamente a su hijo, la madre de Maurice, Ann, no puede aceptarlo, lo que marca el camino hacia un largo distanciamiento. Vellekoop lucha con todo esto hasta que se gradúa del instituto y es aceptado en el Ontario College of Art a principios de los ochenta. Allí encuentra una acogedora comunidad de bohemios, incluyendo a un profesor brillante y extravagantemente gay que lo anima a salir del armario. Pero justo cuando se adentra en el mundo del sexo y el amor gay, una serie de desastres románticos, seguidos de un ataque violento, lo perjudican gravemente. Y entonces desciende la sombra de la era del sida. Maurice reacciona refugiándose en la seguridad de sus obsesiones infantiles y busca satisfacer sus necesidades emocionales con el cine y el teatro, la música, la automedicación con alcohol y una prolífica creación artística. Cuando estas tácticas fracasan inevitablemente, Vellekoop finalmente emprende un viaje hacia el verdadero deseo de su corazón. En psicoterapia, la telaraña de la familia, la fe, la culpa, la sexualidad, la salud mental, las consecuencias intergeneracionales de la Segunda Guerra Mundial, el rey Luis II de Baviera, la laca francesa y mucho más finalmente comienza a desenredarse. Pero será un proceso largo, complicado y, en ocasiones, divertido. I'm So Glad We Had This Time Together es un retrato fascinante de lo que significa ser fiel a uno mismo, aprender a perdonar y ser un artista.